Devolver La Jugada
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Lora Rusel actualmente sirve como guardián de la integridad operacional. Sin embargo, hace unos años, ella trabajaba como trabajadora social con licencia clínica. Ella proveía consejería y servicios sociales para familias en el Centro de Salud Maple City.
Un domingo en la mañana, durante la escuela dominical, Lora se encontraba pensando en algunas de estas familias. Su clase estaba conversando acerca de la parábola de la viuda insistente (Lucas 18:1-8). En la parábola, una viuda repetidamente pide justicia a un juez recalcitrante, que finalmente le concede a la mujer lo que ella desea.
Lora pensó que sus familias necesitan un trato justo. Las familias solicitan a varias agencias, ayuda que necesitan desesperadamente, pero se quedan perdidos dentro de una inmensa burocracia.
Lora se dio cuenta de que ella ubicaba a instituciones como Medicaid en un universo, y a un Dios amoroso y compasivo en otro universo totalmente aparte. Decidió que necesitaba la paciencia de la viuda para pedirle ayuda a Dios.
El día siguiente, que era lunes, Lora se enteró de que tres de las familias con las trabaja, habían recibido la atención que requerían de l@s representantes de las agencias
Lucas 18: 1- 8
Parábola de la viuda persistente
1 Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos. 2 «Había un juez en cierta ciudad —dijo—, que no tenía temor de Dios ni se preocupaba por la gente. 3 Una viuda de esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame justicia en este conflicto con mi enemigo”. 4 Durante un tiempo, el juez no le hizo caso, hasta que finalmente se dijo a sí mismo: “No temo a Dios ni me importa la gente, 5 pero esta mujer me está volviendo loco. Me ocuparé de que reciba justicia, ¡porque me está agotando con sus constantes peticiones!”».
6 Entonces el Señor dijo: «Aprendan una lección de este juez injusto. 7 Si hasta él dio un veredicto justo al final, ¿acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta? 8 Les digo, ¡que pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombre[a] regrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra?».